La mujer machista madre y la educación de sus hijos e hijas por Senix Saulo

30 jun 2012

Entre los principales deberes de una madre sea esposa, amante o concubina, o se haya quedado sola, está la educación de los hijos e hijas que haya parido. La mujer debe educar a sus hijos para ser Machos dominantes y a las hijas para ser hembras sumisas.

Un Hombre debe saber desde niño y joven que las mujeres están para servirlo y atenderlo en todo, desde lavar y planchar su ropa, darle de comer, tender su cama, lavar su baño, y tenerlo contento.

Las chicas deben aprender desde niñas sumisión y obediencia a su Padre, a sus Hermanos (sean mayores o menores de edad que ellas).

La mujer esposa y madre, debe hacer del hogar la primera gran escuela de la vida, en la que se distinguen claramente los géneros y sus obligaciones y deberes. Los Hombres deben ver como su madre y hermanas se someten a la autoridad de su Padre en todos los asuntos de la vida hogareña. Las jovencitas deben ver en su madre, el ejemplo vivo a seguir en sus actitudes y comportamientos, especialmente ante los Hombres.

La madre debe promover que sus hijas asuman de manera natural su rol específico con humildad y sencillez, y que se ubiquen en su papel correspondiente cuyas directrices principales son la obediencia, el servilismo, el cuidado del Varón, el silencio y la constante preocupación para no ser molestas. Ellas deben no sólo saber callar sino retirarse prudentemente cuando no se les necesita. Cuando ellas necesiten pedir algo, se les debe enseñar a rogar y suplicar por ello y no a exigir. Y en caso de que no se les conceda a conformarse alegremente, pues el Padre o Hermanos o Novios y Esposos sabrán mucho mejor que ellas porque les niegan tal o cual cosa. Y la madre debe se maestra práctica y teórica de sus hijas. Un ejemplo que ellas siempre sigan.

Al Macho se le debe preparar para la lucha en el mundo exterior al hogar, a saber mandar y saber hacerse obedecer, pero siempre con un espíritu de dominio responsable. Al Hombre se le debe enseñar a no dejarse influir por la palabrería, quejas y llanto femenino, especialmente a la hora de castigar y disciplinar a la mujer. Pero sobre todo, se les debe enseñar que siendo la mujer un ser inferior a ellos, por naturaleza, es deber del Macho dirigirla y controlarla, lo que en algún momento supondrá el ejercicio de la fuerza que no deben, por lo tanto, temer aplicar, ya que está de por medio la felicidad d la pareja, de la familia.

A las chicas su madre debe hacerlas conscientes de la ineptitud, incapacidad, torpeza y estupidez propias de su género y debe enseñarles a solicitar de los Hombres con humildad y respeto su ayuda y orientación. Si el Hombre ha de dar la cara por ellas, lo mínimo que una chica debe dar a cambio es su mejor esfuerzo por no ser tan torpe y estúpida, y también su mejor esfuerzo en servir, complacer y agradar al Varón en todo.

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