mujer -arte por Senix Saulo

4 jun 2012

Una mujer sumisa y machista debe ser también una artista. Debe hace de su feminidad un arte, para el disfrute del Macho.

 En culturas como la coreana o la japonesa, la china o la griega, han existido mujeres que se han dedicado a entretener a los Hombres, a través de la música, el canto, la poesía, el baile, una bella presentación de sí mismas, así como de refinados y delicados modales. También han sido expertas de la conversación y la prudencia, pues lo que se busca es que el Hombre pase al lado de ellas un rato muy agradable, relajado, dejando de lado los problemas de la vida laboral cotidiana.

En Corea se les conoce como Kisaeng, en Japón como Geishas. Mujeres entrenadas desde niñas en todas las artes del entretenimiento, pero también en el arte de convertirse a sí mismas en valiosas piezas de arte, mujeres arte bien podríamos llamarlas sin temor a equivocarnos.  Aunque no han faltado casos de prostitución, ni la Kiaseng ni la Geisha son prostitutas, sino auténticas profesionales del arte.

Desafortunadamente, la manera en que han sido organizadas, les ha impedido históricamente a Kisaeng y Geishas convertirse en esposas de un Hombre. A lo que más han podido aspirar es a ser amantes o concubinas de Hombres generalmente casados, pero no son ni siquiera estos, la mayoría de los casos. Lo importante es que ellas brindan ese entretenimiento, esa diversión, ese relajamiento esa paz que el Hombre requiere después de una dura jornada laboral y que las esposas formales no les pueden dar. En los países como Japón las relaciones matrimoniales son muy diferentes a las del mundo occidental y no permiten que se de entre la pareja ese tipo de relación que sí se puede dar entre la Geisha y el Hombre.

De ahí que dadas las diferencias socioculturales entre Japón, Corea y otros países orientales, con nuestro mundo latinoamericano pudieran servir para poder incorporar en la mujer sumisa y machista algunos elementos de esas mujeres-arte, para que el Macho pudiera encontrar en casa, no sólo a la esposa, amante y concubina, fiel, leal, sumisa y machista, sino también a esa mujer-arte verdadera profesional del arte de entretener y divertir y relajar al Hombre al cual ella pertenece.

Las Kisaeng y las Geishas profesionales mucho podrían enseñar a la mujer que aspira a formar un matrimonio sobre las bases machistas y patriarcales, sobre el adecuado comportamiento de la mujer ante el Hombre, de como servirlo y complacerlo de la mejor manera posible, pero también como hacerlo con un fuerte ingrediente estético, es decir, con ese arte que expresa toda su feminidad. Toda mujer sumisa y machista debiera ser también una mujer-arte 

4 comentarios:

Instructor de seduccion (Leonardo Aslan) dijo...

ummmm que manera de reflexionar sobre lo femenino perrita!!! es verdad los hombres nos encanta que una mujer sepa distraernos... es muy frustrante para un hombre llegar ala casa y tener que competir con la mujer que supuestamente te ama... uno ya compitió suficiente en el mundo para que tenerlo que aguantar en el hogar... y creo que esa es la piedra filosofal sobre la razones por las que el hombre pierde intereses sexual sobre la esposa... esta perdida de interes ocurre generalmente con la venida de los hijos por un lado los hombres empiezan a verla a la mujer como su madre (trato muy amable, considerado, débil) por otro lado la mujer comete el error que el hombre la empieza a ver a nivel inconsciente como otro hombre... claro si tengo que competir contra ella, ella no es aliada es otro hombre y eso mi querida perrita no es nada erótico, ni sexy.

Sunshine dijo...

Hola Señor LeonO, asi es, la mujer no tiene que competir con el Hombre sino ser su compañera y ayuda. Ademas una mujer por mas que lo intente , al competir con un Hombre ya tiene la batalla perdida desde el comienzo, es algo completamente inútil. Una mujer debe ser mujer en todos los sentidos.

mariel dijo...

Nos han ido instalando la idea de que las mujeres podemos, necesitamos, deseamos y merecemos estar en el mismo nivel que el Hombre. Y en occidente, la mayoría de nuestras congéneres se lo han creído sin darse cuenta que sólo están dejando que su alma y su esencia femenina se autodestruyan indefectiblemente.
Como ya les comenté anteriormente, soy una ferviente admiradora de la estética y esencia de la mujer de los años '50s. Y desde luego, de las maravillosas Geishas, espejo que deberíamos mirar permanentemente todas las mujeres que deseamos ser dignas de los Hombres (de nuestro Hombre en primer lugar, de nuestros hijos Varones... y de todos los Hombres en general)
Sigo leyendo letra a letra este maravilloso blog con un placer inmenso.

Sunshine dijo...

Mariel

Muy bien explicado, las mujeres de verdad no necesitamos, ni deseamos y mucho menos merecemos estar al mismo nivel que el Hombre. Una verdadera mujer femenina sabe cuál es su lugar y papel en la vida y se reconoce como una criada servil del Hombre.

Besos
Sunshine